Un americano es simplemente agua caliente y espresso. Se servirá 1/2 y 1/2 o 1/3 de espresso por 2/3 de agua, según la cafetería en cuestión o cómo hayas elegido prepararlo. Existe un debate sobre cuál debe agregarse primero, pero en el caso del americano, el espresso siempre debe agregarse primero, ya que la crema se mezcla y crea un sabor más suave y uniforme.
El americano se originó durante la Segunda Guerra Mundial. Curiosamente, a los soldados estadounidenses estacionados en Italia no les gustaba el muy fuerte espresso que se prefería en el país, por lo que intentaron recrear su amado café de filtro de casa agregando agua al espresso. ¿El resultado? El americano que conocemos y amamos hoy. ¿Sabías que el americano también solía estar helado? El proceso era el mismo, pero en su lugar se usaba agua fría y se agregaban cubitos de hielo por si acaso.
Esencialmente, el café por goteo es el café que se prepara llenando una cafetera especial con café molido y vertiendo agua caliente en ella, permitiendo que el agua gotee hasta la cafetera. Con un americano, se vierte agua sobre el espresso, pero el proceso es mucho más rápido y no hay "goteo".
Este debate ha causado muchas discusiones a lo largo de los años, y algunos afirman que no hay absolutamente ninguna diferencia. Sin embargo, el long black que es muy apreciado en Nueva Zelanda y Australia posee un sabor mucho más fuerte que el americano. Cuando se agrega el trago de espresso al agua, el espresso se diluye menos y se crea un café fuerte con una capa de crema encima.
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