Descafeinado: A lo Nescafé®
Antes de tostarlos, los granos de café se sumergen en un flujo de agua caliente para extraer la mayor parte de la cafeína, ya que esta es soluble en agua. Hay varios tipos de granos de café, los dos principales son arábica y robusta, ambos con distintas concentraciones de cafeína. Por lo tanto, los parámetros del proceso de descafeinado variarán en función de la mezcla de cafés que deban descafeinarse.
Una vez extraída la cafeína de los granos de café en la fase líquida, estos se secan con aire caliente que evapora el agua utilizada en el proceso anterior. Una vez recuperada la humedad habitual de los granos de café, el resultado es un grano de café con una mínima parte de cafeína, un 97% menos para ser exactos, que conserva las mismas propiedades de sabor y tacto que los granos de café normales o sin tratar, pero con un café descafeinado que contiene 2 mg de cafeína, en comparación con los entre 70 y 140 mg de una taza de café normal. A partir de este momento, los granos de café están a punto para ser tostados siguiendo el mismo método que el café normal o sin tratar, lo que da lugar al café descafeinado Nescafé®.