Paso a paso de la cata de café
El café, dependiendo de sus mezclas, puede ofrecerle sensaciones diferentes a tu paladar. Conoce cómo identificar su sabor y aroma, además de los puntos principales que debes tener en cuenta al catar café
La cata de café es un proceso hecho por profesionales para evaluar la calidad del grano, su aroma y el perfil de taza que le ofrecerá al consumidor final. A continuación, conocerás cuáles son las etapas al realizar esta evaluación y algunos consejos que puedes poner en práctica si te interesa este maravilloso mundo.
¿Cuál es el objetivo de la cata de café?
Es un procedimiento por medio del cual el catador de café se encarga de encontrar el mejor equilibrio de taza. A través de diferentes métodos y herramientas este profesional detecta todas las notas de sabor y aroma que contiene la mezcla. Luego, realiza una clasificación y describe la calidad del producto.
Esta evaluación se realiza, generalmente, sobre once puntos clave, los cuales son aroma, fragancia, postgusto, acidez, sabor, cuerpo, equilibrio, uniformidad, dulzura, limpieza y composición general.
Valorar cada uno es estos elementos se convierte en una experiencia, pues todos los sentidos están alerta al recibir información sobre las propiedades únicas del grano. Para resumir cuál es el proceso que se cumple en una cata de café, sigue leyendo, te presentaremos cuáles son las etapas principales.
Pasos de la cata de café
No importa si no eres experto en estos productos. Con los pasos que te compartiremos a continuación podrás aprender poco a poco cómo disfrutar de una buena taza de café, dedicándole un par de minutos a saborear a profundidad cada uno de los matices que te ofrece.
En el ámbito profesional existen más etapas, términos y herramientas de las que te vamos a nombrar, pero todos los procesos se resumen en lo mismo: identificar sabores, detectar aromas y descubrir el perfil de taza. Así que manos a la obra.
Antes de comenzar es necesario reconocer dos conceptos diferentes, pero que van directamente relacionados: fragancia y aroma. El primero se refiere al olor que tiene el café cuando está seco. Acá es importante mencionar que será más fragante recién molido.
El aroma, por su parte, es a lo que huele el café al estar mojado. Los granos, sin importar a cuál variedad pertenecen, son más aromáticos mientras se preparan, por eso, es de lo primero que sientes en tu nariz cuando haces tu taza matutina.
¿Sabías que, a través del olfato, se puede detectar un billón de aromas? Por eso están tan íntimamente relacionados con el gusto. Para realizar este paso correctamente recuerda que no debes haber saboreado el café, luego, inhala profundamente y deja que los olores te invadan.
Es el momento de probar el café, así que deja que rocíe tu lengua. Describir el sabor no siempre será fácil y menos si no eres experto en el tema, pero puedes emplear términos comunes para ir descubriendo lentamente cuál es su perfil. Por ejemplo, ¿es dulce o amargo?, ¿tiene un toque de especias o se siente más terroso?
Si logras identificar estos matices, puedes profundizar en otros aspectos como que si es afrutado es probable que contenga notas de frutos rojos o mandarina. En las ocasiones que realices este ejercicio es conveniente contar con una rueda interactiva de sabores y aroma, se trata de un recurso que puedes encontrar en línea y que te ayudará a describir con mayor precisión lo que has detectado durante esta fase.
Es el paso que complementa al de saborear. Se trata de percibir cómo se palpa en tu lengua y qué sensaciones te ofrece. Algunos cafés pueden captarse más ligeros mientras que otros son pesados. Incluso, por lo ingredientes con los que fueron elaborados, algunas mezclas tienen un ligero toque picante.
Considera cómo es la textura para ti, si los sorbos se sienten agradables o si no es tan fácil pasarlos. A veces dejamos de lado este aspecto, pero es una de las condiciones que más influyen en la experiencia final. Si es necesario, bebe de nuevo y enfócate en percibir cuáles son los sabores.
Esta es la parte que puede parecer más complicada, pero también es sumamente divertida. Algunos profesionales anotan en un diario las primeras sensaciones y la contrarrestan con los sabores postgusto. Ellos como expertos en el área recomiendan que, si no tienes un amplío vocabulario para mencionar todos los aspectos del café, comiences por relacionarlo con productos que conozcas.
Por ejemplo, la vainilla, el chocolate, el limón o la naranja son más identificables y, por tanto, te ayudan a representar mejor la mezcla que están probando. Esto no quiere decir que necesariamente ese café contenga estos ingredientes, pero es una aproximación acertada si hasta ahora estás iniciando en este mundo.
Y el consejo final es practicar, practicar y practicar. Si realmente quieres aprender a valorar tu café puedes encontrar muchos recursos en línea que te ayudarán a comprender más sobre las propiedades del grano y la personalidad única que tiene cada producto.
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