De acuerdo con la Confederación Nacional de Cafeteros, una finca cafetera es un territorio rústico donde se realiza el cultivo y la producción de café. Se distinguen ya que, gracias a sus condiciones climáticas y sus suelos, el cafetal crece de la mejor manera.
Pero una finca cafetera también está compuesta de la gente que lo hace posible: los caficultores. Son más de 500.000 familias que han seguido una tradición que viene de generación en generación para hacer el mejor café suave del mundo, ese que tanto disfrutas cada día.
Es gracias a su labor y buenas prácticas que puedes disfrutar de un café de la más alta calidad, donde en cada sorbo que tomas, sientes la pasión que le ponen a su trabajo.
Día a día, los caficultores y caficultoras se levantan para empezar la jornada y continuar con una minuciosa y detallada labor que realizan a lo largo de todo el año
Desde la siembra del café, pasando por la recolección de los cerezos y el despulpe, además del secado al sol y de realizar los diferentes tipos de tueste, ya sea ligero, medio u oscuro y lograr diversas combinaciones, se lleva a cabo la producción del café.
Todo este largo proceso se acompaña de buenas prácticas y de un seguimiento constante, siendo las principales labores que llevan a cabo los productores de café, los responsables de llevarlo a tu mesa.
El cuidado del agua y de la tierra, conocer la finca cafetera de lado a lado, sembrar semillas certificadas, renovar los cafetales y saber a fondo cuál es el tipo de producción que están haciendo, tiene como resultado un café delicioso y reconocido alrededor del mundo.
Con el canto del gallo los caficultores se preparan para empezar un día lleno de esfuerzo y trabajo, sus mañanas empiezan con ese mismo café que tomas cada día, dándoles la energía necesaria para hacer sus actividades.
El arriero, las chapoleras, el yipao o jeep que transporta las cosechas, el sombrero que usan para cubrirse del sol y el hermoso paisaje, hacen parte de su rutina y de toda una tradición de un país.
Cuidar y revitalizar las plantas, recolectar los frutos, seleccionarlos, revisar la calidad de las semillas y seguir las buenas prácticas, permiten que estas familias vivan del campo y que continúen el legado con todos sus seres queridos.
Las familias caficultoras también se encargan de promover el amor por la tierra, a aprender a cuidarla y respetarla, mientras conviven con ella para obtener grandes resultados. Es una relación mutua donde prima la armonía con el entorno y con ese esfuerzo y orgullo que nos identifica como colombianos.
Es por esto que el Plan NESCAFÉ® también se encarga de potenciar esta labor mientras ayuda a formar e instruir a los productores de café mientras se fortalece la finca cafetera.
Con cafetales más resistentes a enfermedades, constantes capacitaciones para mejorar la producción del café y siendo más sostenibles, es que se ha permitido que el café se convierta en un producto de la más alta calidad, siendo una marca distintiva de Colombia.
Así se logra lo que conocemos como una relación de valor compartido. Los caficultores logran una mejor producción y rentabilidad y a la vez, tu, como consumidor, disfrutas de todo su sabor mientras sientes toda la historia, pasión y tradición que viene detrás de cada grano.
Por eso, NESCAFÉ te trae NESCAFÉ® Artesano, un café 100% de origen colombiano, con el que se hace un homenaje a los caficultores y su labor. Hecho con granos de café arábica, está cultivado con respeto en las regiones cafeteras más tradicionales de Colombia, perfecto para deleitar a todos los hogares colombianos y hacer disfrutar a todos los paladares.
Y tú, ¿ya lo disfrutaste? En la finca cafetera encontrarás un hogar lleno de amor y esfuerzo, donde se produce el mejor café suave del mundo, el café colombiano.