Diferencias entre el café tostado y molido y el soluble
Conoce el proceso de producción del café, descubre las diferencias entre el tostado y molido y el soluble. Además, te mostramos la dedicación con que hacemos cada producto para que disfrutes la mejor bebida en una taza
Conoce las diferencias entre el café tostado y molido y el soluble desde los detalles de su producción. Aquí despejamos algunas dudas y mitos alrededor de estos dos tipos de café.
Una de las principales diferencias del café tostado y molido frente al soluble es la preparación. Mientras el primero puede tardar un tiempo para extraer todo su sabor y aroma, para hacer el segundo se toma solo unos instantes. Así, entremos a revisar las distinciones a partir de su producción de principio a fin.
¿Cómo inicia el proceso de producción del café?
Partamos desde la cosecha. Los frutos, comúnmente denominados cerezas, se recogen cuando están maduros, aquí se aprovecha su semilla y no su pulpa. Por eso, lo recolectado pasa por una despulpadora.
Luego las semillas se depositan en recipientes o tanques donde se fermentan. Transcurridas unas horas en que los granos están limpios, se extienden al sol sobre elbas o heldas, que son cajones de madera o cemento cubiertos con techo de zinc.
Los granos se exponen al sol durante una a tres semanas, dependiendo del clima. En este lapso se deben mover constantemente para agilizar el proceso de secado. Posteriormente, se seleccionan, se empacan en sacos y se transportan a la fábrica, al interior de la cual veremos la producción del café tostado y molido y el soluble:
¿Qué es el café tostado y molido?
Este es, en pocas palabras, los granos triturados que están listos para verter en la cafetera para su preparación. Pero ¿cómo llegamos a este resultado luego de que el café se empacó en sacos?
Tras pasar las puertas de la fábrica, los expertos hacen un muestreo y análisis. La tarea de cada especialista es evaluar las características organolépticas (color, sabor, textura y aroma) y que estén en perfecto estado.
Superado este filtro, el lote ingresa a la línea de producción. Los granos se destinan a un área de limpieza. En esta se eliminan las impurezas y se hace la selección final para clasificar el café.
El grano es trasladado a la máquina de tostado con un tambor giratorio, una especie de horno de aire caliente con temperaturas superiores a 180 °C. Este proceso es fundamental pues, dependiendo del método, se logran distintas cualidades. Por eso se hace con cuidado y se vigila constantemente para garantizar sus propiedades.
En el tueste se busca extraer el agua que aún contiene el grano y que adquiera su característico color oscuro e intenso. Al finalizar, pasa a una máquina rotatoria que ayuda a enfriar el producto más rápidamente para poder molerlo. Así se obtiene el café tostado y molido.
El proceso anterior es igual tanto para el café tostado y molido como para el soluble. Tras la molienda, el primero será empacado y posteriormente preparado por los consumidores con uno de los tantos métodos de infusión que existen. El segundo tiene un par de pasos adicionales en el proceso de producción que conocerás en el siguiente apartado.
¿Qué es el café soluble?
Es el café que pasó por un proceso de deshidratación. En el capítulo anterior nos quedamos en los granos molidos. Para llegar al soluble, se requiere enviar este café a una máquina que es como una gran cafetera a la que se le adiciona agua a una temperatura de 180 °C. Esto se conoce como extracción, ya que cuando el producto triturado entra en contacto con el agua caliente se obtienen todas sus propiedades.
Tras la infusión del café, el líquido pasa por unos evaporadores, dentro de los que se elimina gran parte del agua. Luego llega a la cámara de secado que utiliza una corriente de aire muy caliente que ayuda a que el producto se transforme en pequeñas partículas. Este paso se denomina aspersión y permite preservar la calidad y el aroma del café.
Finalmente se hace un proceso de aglomerado. Consiste en un viaje que hacen las partículas finas a través de tubos. Estas llegan a una cámara o contenedor para luego envasar el café soluble. En estos cristales están concentrados todo el sabor y aroman propios del café, que garantizan una bebida deliciosa y de calidad en instantes.
Diferencias entre el café tostado y molido y el soluble
Como lo mencionamos anteriormente, el café soluble preparado en casa será más rápido de hacer que el tostado y molido. Ahora bien, los otros aspectos en los que se diferencian son:
- Producción: si bien, al inicio son los mismos métodos para los dos, el instantáneo requiere de tres o cuatro pasos adicionales. Sin embargo, los dos siguen siendo 100% café, donde el soluble es, en pocas palabras, cristales de café o el producto deshidratado.
- Instrumentos: para preparar el café tostado y molido se requieren más utensilios, dependiendo del proceso. El soluble solo necesita una cuchara para mezclar y una taza.
- Residuos: al preparar café soluble no queda producto sobrante pues este se disuelve completamente, contrario a lo que sucede con el café tostado y molido luego de prepararse.
Cualidades de un café soluble como NESCAFÉ® Dolca®
El proceso de producción que realiza NESCAFÉ® para llevar el mejor producto a tu mesa se basa en el cuidado y la dedicación. Nos esmeramos para proporcionarte el mejor aroma y sabor que podrás disfrutar en cada sorbo. Esto incluye el envasado, que se hace con minuciosidad, pues es esencial para preservar todas las cualidades del producto.
Así llegamos a NESCAFÉ® Dolca®, el café ideal para preparar tinto por su tono suave y delicioso. Es un producto práctico que preparas en un abrir y cerrar de ojos, pues se disuelve fácilmente con solo agregar agua fría o caliente. Por eso es perfecto para los días ajetreados.
Tiene el sabor y aroma que tanto les gusta a los colombianos y que también se disfruta agregando azúcar o panela. Es excelente para poner una pausa a tu día y recargarte rápidamente para continuar. En pocas palabras, un compañero inigualable que le dará el toque perfecto a ese corto, pero exquisito momento.
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